Por: Israel Alvarado E.
Si alguna vez ha viajado por carretera en un largo camino, de esos de más de 14 horas de viaje, se podrá dar una idea de lo que es sentirse solo y desamparado. Acuérdese como los paisajes cambian durante el trayecto, y como al llegar la noche todo cambia de enfoque y por automático uno se comienza a sentir más inseguro. Ahora imagínese que no va por una moderna carretera, no hay señales que le digan con claridad hacia donde va, y cuanto le falta por llegar, no hay teléfonos de emergencia, mucho menos luces florecentes, sólo un camino de tierra, el cual en ocasiones se vuelve muy difícil de seguir.
Así es como muchos se sienten en el camino de la vida. En el día cuando todo es claro parece que avanzan y saben a donde van, pero el castigo implacable del sol, la resequedad con la que el polvo castiga los desorienta y los hace buscara algún refugio, un lugar para esconderse y no morir de deshidratación y cansancio. Es por eso que muchos ante las angustias de la vida, buscan refugio en cosas que parecen confortarlos, pero que los distraen de su verdadero objetivo. Prefieren ser atontados por el alcohol o las drogas que por el estrés, prefieren evitar la presión de las responsabilidades y viven una vida libertina. Como el viajero inexperto creen que por encontrar un refugio ya están a salvo pero ignoran totalmente que la noche ya esta cerca.
Si a algo le han temido los viajeros en toda la historia de la humanidad es a la noche. Pues era y aun es, cuando más accidentes ocurren, es cuando más asaltos y asesinos hay, cuando los animales más ponzoñosos salen a casar, etc. Igualmente, a muchos les cae la noche de la vida, y se dan cuenta que su supuesto refugio es guarida de ladrones y asesinos, es territorio de animales ponzoñosos y entonces se dan cuenta que estan completamente solos.
Cristo nos ha hecho una promesa, que si nosotros le somos fieles a Él, Él no nos dejará solos en ningún instante de nuestra vida, y no solo eso Él nos guiará por el camino correcto, pues Él como creador de todas las cosas sabe bien cual es la mejor senda para nuestras vidas, Él nos protegerá de las inclemencias del día y nos dará descanso, y agua fresca para fortalecernos y para avanzar con paso firme, y por las noches Él velará nuestros sueños, el nos hará dormir tranquilos. El estará con nosotros, y nunca más estaremos solos.
Salmos 121 NVI
A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda?
Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra.
No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida.
Jamás duerme ni se adormece el que cuida de Israel.
El Señor es quien te cuida, el Señor es tu sombra protectora.
De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.
El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida.
El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre.
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