Los Libros proféticos del Antiguo Testamento cristiano y del Tanaj hebreo forman un grupo de escritos bíblicos atribuidos a los profetas, es decir, a hombres inspirados por Dios para hablar en Su nombre y transmitir al pueblo Sus enseñanzas.
En el Cristianismo, se consideran proféticos a los libros comprendidos entre Isaías y Malaquías (último del Antiguo Testamento). El Tanaj hebreo llama a esta colección Nebiim (Profetas), aunque incluye varios libros considerados por los cristianos como históricos (Josué, Jueces, I Samuel, II Samuel, I Reyes y II Reyes), pero no incluyen en este grupo al profeta Daniel. En la biblia cristiana los libros proféticos se dividen en dos, Profetas Mayores de Isaías a Daniel, y Profetas Menores de Oseas a Malaquías. La razón de esta clasificación es por la extensión de los libros.
Estos son:
Profetas Mayores
· Isaías
· Jeremías
· Lamentaciones de Jeremías
· Ezequiel
· Daniel
Profetas Menores
· Oseas
· Joel
· Amós
· Abdías
· Jonás
· Miqueas
· Nahúm
· Habacuc
· Sofonías
· Hageo
· Zacarías
· Malaquías
Profetas Mayores
Isaías
Este libro fue escrito en una época agitada. El pueblo se había alejado de la religión y se había corrompido. El profeta Isaías predijo la cautividad babilónica tanto para Israel como para Judá. Pero también profetizó el regreso de los exiliados y la venida del Mesías.
En los capítulos 9,11, y 53 se encuentran las dramáticas descripciones de Cristo y de su Reino, escrito más de 500 años antes del tiempo de Cristo. El libro de Isaías es una de las grandes obras maestras del mundo. Escrito por una persona educada, en un buen hebreo, contiene un estilo elevado, una expresión vehemente, un sentimiento ferviente y una vívida imaginación. Está citado en el Nuevo Testamento en más ocasiones que cualquier otro libro del Antiguo Testamento.
Jeremías
El profeta Jeremías vivió en una época triste en la historia del pueblo hebreo. Durante esa época, el pueblo del reino del sur, o Judá, fue llevado por Nabucodonosor a la cautividad en Babilonia, aunque Jeremías quedó en Jerusalén. El escribió con autoridad en cuanto a la seguridad del juicio de Dios sobre un pueblo pecaminoso como también de la grandeza del amor divino.
Lamentaciones de Jeremías
En este libro, Jeremías está de pie en medio de las ruinas de Jerusalén y del templo, lamenta la destrucción que él mismo había predicho. En el idioma hebreo, Lamentaciones está escrito en una serie de poemas que describen la ruina de la ciudad y la causa de la desolación. El libro ha sido llamado también un cántico fúnebre sobre Jerusalén.
Ezequiel
Siendo joven, Ezequiel fue llevado al cautiverio 11 años antes de la destrucción de Jerusalén. El tema de su profecía es precisamente la destrucción de Jerusalén, el juicio sobre el pueblo, y finalmente, el regreso de los exiliados y el futuro glorioso de Israel.
Daniel
La profecía de Daniel constituye uno de los libros más interesantes de la Biblia. Sus historias (capítulos 1 al 6) son vívidas y emocionantes, y las visiones del resto del libro (capítulos 7 al 12) son muy significativas. Las cuatro bestias de Daniel 7:3 son consideradas las cuatro grandes potencias mundiales del mundo antiguo, los babilonios, los medo-persas, los greco-macedonios, y los romanos. La segunda visión en Daniel 8:1 es considerada como una referencia al gobierno de los griegos bajo Alejandro el Grande. El reino mencionado en el capítulo 9 es el gobierno mesiánico del reino de Cristo. La visión de los capítulos 10 al 12 es considerada una referencia al fin de los tiempos.
Profetas Menores
Oseas
El mensaje del profeta Oseas fue dirigido principalmente a Israel. Los primeros tres capítulos nos dan un relato de los problemas domésticos de Israel. Tienen el propósito de mostrarnos los pecados de Israel y el amor de Dios. El resto del libro contiene denuncias contra el pueblo por su idolatría y su pecado.
Joel
El libro de Joel está dividido en dos partes; (1) una gran calamidad causada por una invasión de langostas, y (2) la respuesta de Dios a las oraciones del pueblo. El libro contiene una profecía que se encuentra con frecuencia en los escritos de los profetas: que los judíos establecerían una gran nación en Palestina en el futuro.
Amós
En este libro el autor profetiza que Dios ama la misericordia y no solamente los sacrificios formales. Amós nació a unas 12 millas al sur de Jerusalén, pero sus profecías fueron dirigidas al reino del norte (Israel). El enseñó que la futura grandeza de Israel no se aseguraría por medio del poder y la riqueza, sino por la justicia y el juicio.
Abdías
Abdías vivió en Jerusalén después de la deportación de Judá a Babilonia. El fue el mensajero de Dios que anunció la caída de los edomitas, quienes eran los descendientes de Esaú, los que se habían gozado de la caída de Judá. El también profetizó de un futuro cuando los judíos volverían a gobernar las tierras que estuvieron una vez bajo el control de David.
Jonás
El libro de Jonás es el más agradable de leer entre todos los profetas menores. Algunos eruditos bíblicos lo consideran un relato histórico, mientras otros lo ven como una historia simbólica, que enseña que así como Jonás falló en cumplir su deber con el pueblo de Nínive, así Israel falló en sus obligaciones morales y religiosas hacia otras naciones. La referencia de Jesús a Jonás (ver Mateo 12:38 al 41) parece indicar que Jonás fue una narración histórica.
Miqueas
Miqueas vivió durante el tiempo de Isaías. Al igual que Isaías, él predicó contra los pecados de su tiempo y especialmente contra la opresión de los ricos hacía los pobres. El profetizó tanto la destrucción de Israel como la de Judá poco tiempo antes de que el juicio cayera sobre Israel.
Nahúm
Este libro, que está dividido en dos partes principales, profetiza la destrucción de Nínive. La primer parte presenta el juez y la segunda el juicio sobre la ciudad malvada. Se conoce muy poco de Nahúm, quien vivió alrededor del 505 A.C.
Habacuc
Habacuc profetizó en Judá durante el reinado de Joaquín. El escribió acerca de las maldades de Israel y de su inminente derrota a manos de los caldeos. El también describió la perversidad de los conquistadores caldeos y profetizó su caída final. El libro concluye con una oración de fe.
Sofonías
Sofonías vivió en el tiempo de Jeremías, Habacuc y Nahúm. Así como esos profetas, él habló en contra de los pecados del pueblo. El profetizó el juicio sobre Judá y las naciones vecinas así como también las bendiciones sobre la Jerusalén restaurada.
Hageo
El libro de Hageo contiene cuatro profecías, todas ellas relacionadas con la reedificación del templo bajo Zorobabel. Dios levantó a Hageo y a Zacarías para animar al pueblo a reedificar su casa. A fin de tener un cuadro de las condiciones de ese período, vea los primeros capítulos de Esdras.
Zacarías
El mensaje de Zacarías está dividido en dos partes. La primer parte (capítulos 1al 8) trata de la restauración del templo, y la última parte (capítulos 9 al14) con el reino de Cristo.
Malaquías
Malaquías fue el último de los profetas del Antiguo Testamento. El vivió la época posterior a la reedificación del templo y a la restauración de la adoración, pero vio al pueblo volviéndose de nuevo a su vieja vida de pecado. Además de reprenderlos por su condición espiritual, predijo también la venida del Mesías.
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