Llamadas epístolas generales, debido a que no está dirigida a ninguna iglesia o individuo en particular, sino a la iglesia cristiana en general.
Estas Son:
· Epístola de Santiago
· 1a y 2a epístolas de Pedro
· 1a, 2a y 3a epístolas de Juan
· Epístola de Judas
Epístola de Santiago
Santiago, junto con las epístolas de Pedro, Juan, y Judas, forma parte de las llamadas epístolas generales, La carta contiene muy poca doctrina. Se concentra en la moral, la ética, y en la demostración práctica de la fe personal. Santiago fue hijo de María y José, así que era medio hermano de Jesús.
Primera epístola de Pedro
Otra de las epístolas generales, 1a. de Pedro fue enviada a los cristianos del Asia Menor. Es principalmente una exhortación a permanecer firmes frente a la persecución. El escritor de la epístola fue el apóstol Pedro, fue escrita probablemente durante los años 62 al 69 d.C.
Segunda epístola de Pedro
En contraste con 1a. de Pedro, que fue escrita para animar a los cristianos que enfrentaban persecución, 2da. de Pedro amonesta contra los falsos maestros. Contiene muchas referencias a la segunda venida de Cristo.
Primera, Segunda y Tercera epístolas de Juan
Las epístolas de Juan son diferentes a las otras epístolas generales. La primera es una prédica doctrinal, mientras que las otras dos son principalmente cartas privadas a individuos. La primera epístola fue escrita para corregir herejías y afirmar las cualidades de la vida cristiana.
Segunda de Juan, dirigida probablemente a una mujer cristiana, enfatiza la verdad del evangelio de Cristo y advierte en contra de los falsos maestros.
La tercera epístola, dirigida a Gayo, alaba a éste por la buena manera en que trata a sus hermanos cristianos. Aunque muchos han sugerido que esas cartas fueron escritas por otra persona y no el apóstol Juan, no hay evidencias suficientes para afirmar o negar la autoría directa de Juan sobre estas cartas.
Epístola de Judas
La epístola de Judas es una apelación a los cristianos a mantenerse consistentes en su fe y su vida. Señala las penalidades de la inmoralidad y termina con una bendición, señalando la verdad de que “sólo Cristo puede guardar al creyente de ceder a las tentaciones de la vida”. Judas, hermano de Santiago, por lo tanto medio hermano de Jesús, fue el autor de esta epístola.
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