Por: Israel Alvarado E.
Aún cuando es una palabra con mucho arraigo en el idioma español, el nombre “Jehová”, (que refiere a Dios eso no hay duda), no es un vocablo original del hebreo o arameo, idiomas en los que se escribió el Antiguo Testamento. De hecho en los textos originales en citas como Éxodo 20:2 solo aparecen 4 consonantes que equivaldrían en español a las letras YHWH lo que se le conoce como el “tetragramaton”, o nombre de 4 letras, y que según los expertos su traducción literal significaría; “Yo llegaré a ser lo que yo quiera” o "Yo seré lo que necesite ser". En otras palabras el Dios que es y que sigue siendo. Apocalipsis 1:8 y 1:17-18
Pero, ¿Cómo surgió la palabra “Jehová” y porque se creyó por mucho tiempo que era un vocablo de los idiomas originales del texto bíblico?
Una de las explicaciones más aceptadas es la siguiente:
En el hebreo antiguo, la escritura utilizada por los hebreos carecía de signos que representaran las vocales, por lo que sólo se escribían las consonantes. Es decir, la escritura sólo era con consonantes, pero su pronunciación era con la utilización de vocales, para las cuales no existían signos que les permitieran ser escritas. Así, y conforme a la combinación que se hacía entre las consonantes, era la vocal que correspondía acompañar a cada una de ellas, según lo marcaba una antigua tradición.
Por esto, cuando en el hebreo se generalizó el uso de vocales escritas, los rabinos de esos tiempos al intentar realizar la transcripción utilizaron como base las vocales de la palabra “Aedonai”(que significa Señor) trasladándolas al tetragramaton YHWH. Para realizar tal operación, anularon todas las consonantes, incluida la “i” (que también era considerada una consonante). Luego a la vocal “a” la modificaron por la “e”, ya que la primera traía dificultades de pronunciación y significado (es decir, “Yaehová”), quedando entonces solo las vocales “e-o-a”. Al trasladar éstas al tetragrama YHWH quedó conformada la palabra “YeHoWa”. De ese acto arbitrario de traducción es que surgió la palabra Jehová.
Posteriormente, ese error fue repetido por los exégetas o intérpretes de las Sagradas Escrituras de los siglos XVI al XIX, dada la falta de un conocimiento mayor del idioma utilizado por los escritores de los textos originales. Es por esto que en la actualidad en versiones tan populares como la Reina-Valera versión 1909 o su revisión de 1960 se sigue usando la palabra “Jehová” para referirse a Dios en el antiguo testamento, pues estas versiones están basadas en los trabajos de Casiodoro de Reina en 1569 y la revisión del mismo texto que hiciera Cipriano de Valera en 1602 a petición del mismo Casiodoro de Reina, quienes como todos los eruditos de su tiempo no conocían la adaptación del nombre que se había hecho en las trascripciones judías del Antiguo Testamento. De hecho el anhelo de Casiodoro de Reina era que periódicamente se estuviera revisando y corrigiendo el texto de su traducción al español, pues él sabía que conforme se conociera más, se podrían corregir errores y perfeccionar el texto de la traducción. Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, estarían felices de saber que su trabajo se ha seguido a través del tiempo y se han perfeccionado las traducciones en posteriores versiones y revisiones como, la 1862, la 1909, la 1960 muy popular en la actualidad, pero a la cual le siguen la 1977, 1995 y la recién salida 2011 o Reina-Valera Contemporánea. En la serie de traducciones al español, conocida como Reina-Valera, se sigue usando la palabra “Jehová” por su tradición y su arraigo en el idioma español y en los lectores, pero esto se hace en la plena conciencia de que es una adaptación del nombre de Dios y no una palabra literal del texto original.
Por último, el objetivo de este artículo no es asustar a nadie, ni prohibir el uso de la palabra “Jehová” en las congregaciones, eso sería necio, ridículo y digno de un ignorante completo del estudio bíblico.
Mi objetivo principal es que veamos y valoremos el importantísimo trabajo que se hace día a día en la investigación y traducción del texto bíblico, por organizaciones como Sociedades Bíblicas Unidas, entre otras muchas, para brindarnos cada vez mejores versiones del texto bíblico, y no caer en la ignorante y necia actitud de decir: “todas las versiones modernas de la Biblia como: La NVI, La Biblia al Día, La Biblia de las Américas, La Traducción Lenguaje Actual, etc. están mal, y son del diablo”. Por cómico que suene esta frase, la escucho a menudo en mi trabajo en la Librería Cristiana “el Reino de Dios Hoy”.
Y mi segundo objetivo, es darle una herramienta útil a usted, para cuando los amantes del pleito a “bibliazos” más conocidos como “testigos de Jehová” le vengan a molestar con su famosa frase: “¿sabe usted cual es el nombre de Dios?” usted les responda: --si, en el texto bíblico original aparecen las consonante “YHWH” y su traducción más acertada seria: “Yo llegaré a ser lo que yo quiera” o "Yo seré lo que necesite ser". En otras palabras el Dios que es y que sigue siendo. Apocalipsis 1:8 y 1:17-18.
Y en lo que el “testigo” recuerda que le dijo su “amaestrador” que hiciera en esos casos, usted remate diciendo; --tú no sabes esto porque tu biblia, “la traducción del nuevo mundo”, no es una traducción de los textos originales sino un plagio de la traducción al inglés, la llamada Biblia “King James” (Rey Santiago), de la cual heredaron el error de creer que la palabra “Jehová” era un vocablo del texto original, pues en los tiempos en que se tradujo la Biblia al Inglés no se conocía toda la información del los textos originales. “Upps”. =s
Con eso le dejarán de molestar… al menos por un rato, pues valla que son tercos.
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