jueves, 7 de abril de 2011

¿En realidad se muere el libro?…

(El Futuro del Libro)

Por: Israel Alvarado E.

En los últimos días, he visto muchas discusiones en diferentes programas de televisión de varios países y en foros de discusión en internet, así como en las “redes sociales”, sobre la polémica de, si el libro está acabado, y sucumbirá ante la ola de opciones que ofrece la tecnología. Los románticos, “se rasgan las vestiduras” y dicen que “no”, “que eso es y será imposible”, “que el libro siempre y por la eternidad permanecerá como hasta hoy lo conocemos”. Los “tecnófilos” se regodean diciendo: “el libro está muerto, la tecnología lo sustituirá con mejores y más interactivos formatos”.

Como siempre, cuando en una discusión, el tema se polariza tanto, ninguno de los extremos tiene la razón.
Déjenme recordarles que el libro, no siempre ha sido como hoy lo conocemos. y aunque esto “rasgue sus corazones”, la tecnología ya lo ha transformado en muchas ocasiones a través de la historia. 

Les mencionare algunos ejemplos:

Los primeros vestigios de comunicación grafica se encontraron en piedras enormes o en las paredes de cuevas. Después los jeroglíficos se trasladaron a los muros de las grandes edificaciones, casi al mismo tiempo se inventó una innovadora forma de transmitir estos mensajes gráficos de manera portátil, era en tablillas de arcilla que se podían guardar y transportar fácilmente. Esto llevó a que los gráficos se simplificaran de dibujos a sencillos trazos, hasta convertirse en un sistema de “caracteres” muy bien elaborado que hoy llamamos escritura. Bien, pero la innovación nunca se detiene, y apareció el papiro, pliego de piel de animal en el cual se podía escribir y transportar la información, con la innovación de ser mucho más resistente que la arcilla pues este no se dañaba con tanta facilidad, y otra cosa muy importante, se podía incluir más información en un formato menos pesado y más práctico. (“mmm”) 

La funcionalidad del papiro le aseguró mucho tiempo de vigencia, pues por milenios fue el sistema estándar para el contenido de la escritura, pero un buen día a algún, ó algunos, barbaros y locos innovadores se les ocurrió la “sacrílega” idea de cambiar el formato de royo por el de un encuadernado, así es, en lugar de un largo rollo de papiro, eran pequeñas laminas de este, encimadas y emparedadas por dos maderas, esto traía consigo la súper innovación de hacer más fácil la ubicación de contenidos específicos dentro de un mismo texto. Pero tenía el problema que era bastante caro para su tiempo. Pero no hay cosa que con creatividad no se arregle, se inventaron los encuadernados de piel y costuras, así como con telas, etc. El formato estaba cambiando, pero el texto interno aun era manuscrito, lo que hacía muy complicado que un libro se pudiera copiar y distribuir a las masas. Aparecieron los Chinos con un invento muy curioso, una máquina que contenía placas de metal, con el texto de cada página en ellas, que al ponerle tinta y presionarla contra el papel se podía copiar toda una página en segundos, algo que ningún escribano podía ser. (Ya me imagino el grito en el cielo que pusieron los escribanos de esos días).

En cosa de unos años salió de la nada un alemán llamado Juan Gutenberg, con una innovación que perfeccionaba el invento de los chinos, esa innovación era que las letras de los moldes se podían mover al antojo, lo que hacía más fácil y barato la producción de más libros. Después de esto, se sucintaron reformas, revoluciones, cambios de gobiernos, separaciones de poderes, etc. pues los libros al ser más accesibles que nunca pasaban de un lugar a otro, de una persona a otra, de un país a otro, llevando consigo nuevas ideas, filosofías, y conocimientos.

Tal vez el impacto que tuvo el libro en su formato impreso y encuadernado, dio la idea al inconsciente colectivo occidental, de que los libros siempre habían sido así y así deberían permanecer. Un cumulo de páginas impresas y encuadernadas. 

Pasaron los siglos y aparecieron nuevos medios de comunicación: el teléfono, el radio y la televisión, y aunque parecía que estos amenazaban al libro, no le afectaron considerablemente, pues no se entrometían en el campo del libro, que es no sólo la transmisión de información, sino de ideas y su explicación completa. Pero hace muy poco apareció el internet, este medio sí se empezó a meter en el campo del libro, y de este mismo fenómeno tecnológico salió el llamado “e-book” (libro electrónico), el cual odian los románticos de la lectura y adoran los “tecnófilos”.

Y ahí es donde estamos hoy. En la discusión si el libro debe de cambiar de formato o no. “Ojo”, esa es la discusión, pues el libro no está muerto, el libro no depende del papel para vivir, como no dependía de la piedra, ni de la arcilla, o del papiro, estos solo eran medios para que se transportaran las ideas, el libro y su potencial ilustrativo no está atado a ningún formato. Y al igual que sucedió en el pasado, el formato electrónico tiene enormes ventajas sobre el formato de papel. Le pongo un ejemplo muy sencillo: ¿cuántas veces usted no ha querido una Biblia con letra grande?, y cuando va a la librería encuentra una Biblia con una letra excelente, que no batalla nada para leer, pero hay 3 inconvenientes, el tamaño de la biblia es enorme, además es muy pesada, y por obvias razones su precio se duplica. Esas son las limitaciones del formato de papel. El formato electrónico, ya sea en un “e-reader” o una “tablet”, le ofrecen por el mismo precio, poder llevar con usted la cantidad que quiera 2000, 3000 o más libros, y todos con el tamaño y tipo de letra que usted guste, y todo en un ligero y aguantador dispositivo que pesa menos de 200 gramos, ¿no es eso una gran mejora?

Se calcula que para el 2015 en Estados Unidos la mayoría de los libros estén disponibles sólo en formato electrónico, en México se piensa que esto pasará para el 2020,  mismo año que en Estados Unidos casi la totalidad de los libros estarán disponibles sólo en formato electrónico.

Así que mis conclusiones son:

1.- El libro no muere, ni desaparece, simplemente como ya lo ha hecho antes, pasará a un mejor y más útil formato.

2.- Si usted es un enamorado del libro en papel, aproveche los años que le quedan, pues poco a poco este formato escaseará cada vez más en las librerías hasta no haber más. Así que no demore y valla a su librería y compre. (Por cierto en librerías “el Reino de Dios Hoy”, tenemos muy buenas promociones en libros.)

3.- Hágase a la idea de que en algunos “añitos” más, el libro sólo se conseguirá de manera electrónica, y si es “tecnofóbico”, cómprese muchos libros en papel ahora que los hay, pues créame muy pronto ya no los habrá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario